Tuesday, September 30, 2008

tres veces tocamos a tu puerta
con una flor entre los dedos
la mía se vestía de azucena
dormía cándida y perezosa
gris y melancolica,
teñida en mis lágrimas

el otro tenía entre sus manos
y lo guardaba como
aguerrido guerrero
protegiendo un santuario
era un lirio, amarillo
desvanecido y candoroso
moribundo e inmortal
como la noche
como las sombras
como el eclipse en las tres mentes

caía el sol, oscurecía rapidamente
y la otra sombra
sostenía con sus dedos persistentes,
mientras con otros acribillaba
a latidos tu puerta
oh sabia puerta del olvido
oh irreverente puerta que no abres
cuanto más olvidados seamos
cuanto más necesitemos tu prisión,
un pétalo, pardo oscuro
indivisable, inconsistente
desintegrándose al opaco lamento

ohh puerta misteriosa, infame
y a la vez tan divino
quien cruzara tus puertas de bronce
y no pasara más una noche
siendo olvidado, simplemente
en el olvido

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