No distingo entre las sombras
y este nuevo paisaje de penumbra
entre las antiguas rosas
y esta tortura, dulce tortura.

Escapa lo sublime y cae el vaho
las nubes rompen mi corazón
al frágil crujir de los sentidos
el cielo era azul, ¿no?

Me caigo por la vereda
arrastrado por mi lúgubre ser
y me enciendo en llamas
en silencio de multitudes.

Sangro, y sí, está totalmente bien
soy humano, y me desangro
y vivo, por momentos, los momentos
me escurro y discurro....

Tardes frías de verano
Escombros y yo, ¿no es lo mismo?
Bueno al fin, en fin
¿Ese será el fin?