cama-león
no estoy cambiando de color
sólo por el simple hecho
de seguir la corriente
aparearme con el medio
y emprender huida
no es sólo una alcoba vacía
no es sólo el ventilador
enviando el polvo
de nuestras cenizas
no es únicamente la radio
pudriendo mis oídos
en un rugido estelar
no es un simple cambio de color
es un cambio de dirección
un adiós definitivo, quizás no
quizás es sólo una simple despedida
huele a humedad, tus lágrimas
mi herida silueta en el espejo
cayendo en cristales policrómaticos
huele a cielo y a mar
huele a mi retirada
a mi encierro en mis escamas
dejo un rastro en llamas
un silencio sin respuesta
un clamor desaparecido.
me escondo en cielos azules
pintando nubes imitando lluvia
carisma muntante animal
escurriéndose por la ventana
calma, fresca agonía
decidida y fría,
mañana despejada
envuelta tristeza
en vientos vespertinos
viendo rastros desaparecidos
cae la niebla y se esconde
un mundo en el vaho
unas sábanas revueltas
un otoño inminente.
calla, pasos en el balcón
sale el corazón cual león
saltando al infinito
infierno de luces
de colores y calor
de camuflajes y olores.
gélido e inerte espacio
muerto en conversaciones
inconclusas y en cenizas
en portones y luces.
cae la noche rápidamente
y al color del cansancio
mimetizo y trepo la luna
basura en el suelo
esperanzas en el vacío
correr, nunca huir, sólo decir...
ADIÓS, envuelto en sombras
cubierto con la noche
atrapado entre espinos
y flores muertas de un pasado
inmediato