Tuesday, September 30, 2008

destinoo

qué es el destino, si no un borroso panorama en el borde de un precipicio, bajo la bruma, bajo la duda de que tan alta será la caída, o quizás un escalón, un estandarte un peligro o una amante, un viento a favor o una fiera ráfaga de sangre y cobardía, un amigo o un vulgar desvío hacia penas y ahogamientos en licor, serán las sombras, será el cansancio, serán los ojos rojos, serán todas las musas fumadas, o será el silencio entre ruidos inertes, entre presagios y dilemas; sin embargo frente al vacío o lleno algoritmo del siguiente paso, al desfiladero o al cielo. Quien da más, quien da menos por mi vida, si vivida o no, realmente fue una vida. Al final del camino, o no hay camino o vislumbra luces el atardecer, el sol saliente que murió en mi regazo, la noche diáfana pero gris encumbra. Arde el cielo, tiembla la tierra, se desvanece el tiempo y el presente es futuro, el futuro mi pasado, y el pasado (acaso existe). No hubo tiempo mejor, no hay mejor destino que lanzarme al abismo y encontrar: o piedra, o agua, o la certeza de la incertidumbre; quizás el relajo de mis palabras o los merodeadores nocturnos que ante mi luz de sombras han de escapar, no sé que es destino pero a él me voy y con la mejor intención del mundo a él me arrojo y muerte o vida abrazo.
ilógica armonía,
letras de fuego y azufre
estar contigo y sin ti
alejarme de tu lado
y enlistarme en las filas
enfilarme en las listas
de la soledad

marcar mi rumbo
como navío a flote
navegando entre tormentas
torbellinos y furias del mar
arribando a puertos inseguros

alejarme como un ave de paso
que en el regazo del vuelo
deja atrás aquello siniestro
aquel recuerdo infame
de una triste retirada

buscar el viento como veleta
y arrancarme de tu vista
acelerando mi partida
describiendo ondas en el firmamento

alejarme de ti
tan solo unos pasos
congelar el cuerpo
evitar ataques y regresos
embestir el placer de la compañía
con la coraza de mi agonía

buscar como brújula mi norte
encaminarme entre zarzas
y pantanos, borrando trazos
despintando huellas
para nunca me encuentres
y mas que todo
para no encontrarte nunca

destierro

infiltrado entre la carente agonía
despiadada y envolvente
yacen las ideas muertas de miedo
yace un silencio vivo entre el cielo
y la tierra decolorida


escapa a lo lejos entre la sierra
y el árbol del cansancio
hacia el último límite
de este aposento estelar
una cósmica y obsoleta
pero nunca absurda idea

se escurre entre los velos
asesinos del hombre
que intenta agobiarla
escapa por entre las sombras
por debajo de las luces

del infame,
del destructor de ideas
del incinerador de fantasías
llega hasta el borde de la corniza
se enreda entre las gotas de lluvia
y un árbol oscurecido por la noche
se escabulle de su creador
de su carcelero y se va al destierro

lejos de su mundo real
distante de la ansiedad
se destierra ella misma
en vez de ser desplomada
de mi cabeza.
cielo gris, escurridizo
nubes acarreadas por el viento
enredadas melenas de pena
cae, silenciosa, sin más
languidece y se acorta
pálida, transparente
incolora y sin brillo
sumergida en un paraíso eterno
entre los laberintos del sufrimiento
y estrepitósamente sin sonido
la primera gota
de la tormenta despiadada
tres veces tocamos a tu puerta
con una flor entre los dedos
la mía se vestía de azucena
dormía cándida y perezosa
gris y melancolica,
teñida en mis lágrimas

el otro tenía entre sus manos
y lo guardaba como
aguerrido guerrero
protegiendo un santuario
era un lirio, amarillo
desvanecido y candoroso
moribundo e inmortal
como la noche
como las sombras
como el eclipse en las tres mentes

caía el sol, oscurecía rapidamente
y la otra sombra
sostenía con sus dedos persistentes,
mientras con otros acribillaba
a latidos tu puerta
oh sabia puerta del olvido
oh irreverente puerta que no abres
cuanto más olvidados seamos
cuanto más necesitemos tu prisión,
un pétalo, pardo oscuro
indivisable, inconsistente
desintegrándose al opaco lamento

ohh puerta misteriosa, infame
y a la vez tan divino
quien cruzara tus puertas de bronce
y no pasara más una noche
siendo olvidado, simplemente
en el olvido

Monday, September 22, 2008

22-9-8

El placer de no sentir nada

De estar ausente en plena presencia

De despreciar el presente

Abogando por el pasado

Para evitar el futuro

El placer de la inexistencia

Absurda coincidencia

Con el delirio de la ignorancia

Vagabunda y misteriosa

Desbordando inconciencia

Alquilando serenidad

El olor a nicotina y alquitrán

Y mil sustancias más

Disueltas en el paraíso

Absurdas y absortos mirones

Las aprecian sin respuesta

No hay respuesta.

El placer de sentir mientras no se siente

De imaginar lo real y vivir lo ficticio

De disfrutar el beso aunque sea falso

Inhalarlo y respirar indiferencia

Crasa y abundante indiferente arrogancia.

Amazona errante emanando ansiedad

Sonriendo al infinito como si tuviera límite

Descargando flechas cegadoras en…

Inconsciente colectivo, verdad absurda

Excusa ardiente

Y al final del beso, ¿qué sigue?