atormentado del hastío
colisionado el presente
encontronazo del irreverente
inflar el cielo y tirar ceniza
en baldíos territorios
escapando de la hoguera
por medio te cables a ceguera
siento cincuenta puñetazos
que me desvanecen y azotan
resquebrajan ilusiones
creer que no se es humano
hasta sentir el dolor ajeno
en lo propio y en la carne
sentirse en lo alto del columpio
y ver caerse piedra abajo
esto sí, es estar vivo
estar soterrado y socavado
diablos y diretes, espias mercenarios
me enloquecen y hacen falta
me perturban y me atraen
al abismo crudo de la realidad